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La viajera

En penumbra.

En penumbra.

Atravieso la línea de fuego, y dejo otra cicatriz bajo mi piel.

Que perfecto se ve el amanecer desde la orilla, y que diferente desde alta mar.

Los bosques se han vestido de invierno, y la tempestad me cubre de hielo.

Camino por caminos enfangados, en penumbra... Y siempre àparecen los mismos rostros, aquéllos que dejé un tiempo atrás.

Rostros que hoy me vuelven a mirar, y que dentro de su propias sombras, me saludan y me abrazan.

Entre ellos me siento bién. Me siento acompañada, comprendida...

No me gusta pasear entre sombras,pero cuando vuelvo a este lugar, nunca estoy sola.

Todos me son conocidos. Aquí están los inconformistas. Los que van con la verdad por delante. Los que te sonríen y te hablan abiertamente, sin ocultar nada tras esa sonrisa. Los que saben ,lo que es estar perdido. Los que intentan, cambiar el rumbo de una nave a la deriva...

Pero por desgracia, no siempre los vientos les son favorables, y aparecen en este agujero, en esta grieta.

Hay veces ,que me los encuentro en la superficie. Y sonreímos, y vivimos el presente, pués sabemos, que en cualquier momento podemos volver a bajar.

Sí..., vuelvo a ver el cielo desde abajo,pero sé, que tarde o temprano volveré a subir.

Los prados se han cubierto de niebla, y quizás por eso, cuando  aquélla se diluya tras las montañas, la luz me parezca más brillante.

Tomaré asiento, y apoyaré la cabeza sobre su hombro. Nos hemos vuelto a encontrar en medio de la penumbra, y dentro del dolor que cada uno sentimos, hacemos un hueco para consolonarnos.

Estamos de suerte, comento a mi compañero, al menos aún no estamos en la oscuridad completa.

El me sonríe. En esta noche se siente menos solo, y yo, descansaré hasta que me despierte la luz del nuevo día.

Hace tiempo él guiaba mis pasos, ahora soy yo, quién guía los suyos.

Pero a veces, cuando subo, él permanece en el silencio. En las noches infinitas, y no puedo hacer nada por sacarlo de las tinieblas, solo, esperar.

Hoy no veo las estrellas, ni siquiera sé si hay luna, y tampoco me importa.

Hoy casi nada me importa,quizás, si viviera en ese estado de indiferencia, hacia o que me rodea,todo sería más fácil. Y yo, sería feliz, no solo a ratos.

Mañana será otro día.

Pero, no navegaré contra corriente, me voy a dejar llevar.

Ni siquiera, voy a intentar salir de este agujero, al que ,cada cierto tiempo bajo.

Qizás esta noche, vuele por los acantilados, por entre las nubes llenas de sol.

Quizás llegue a la cima,o me recueste sobre la yerba húmeda.

Quizás, pueda sonreir aunque sea en sueños.

 

 

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