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La viajera

Rumbo al horizonte

Rumbo al horizonte
Vengo de estar bajo pinares.
De recorrer las olas con mi cuerpo.
Vengo de dejarme acariciar por la fina y blanca arena.
Vengo con olor a mar y con sabor a sal.
Dejo atrás los atardeceres en la ría y los baños casi al anochecer.
Baños solitarios mirando al horizonte, sin nadie a mi alrededor.
Sólo, alguna gaviota buscando su ración de comida antes de que cayera la noche.
-Y yo allí flotando sobre el agua, en silencio y coqueteando con la brisa.
En esos momentos estaba en el paraíso.
Rozando el cielo con la mirada, dejándome envolver por su color rosa y anaranjado.
Al poco, cielo y mar dejaban esas tonalidades para dejar paso a los grises.
Alguna vez la luna, se posó a mi lado dejándose acariciar.
Puedo asegurar que cuando la tuve cerca, era tal cual la había soñado.
-Y yo seguía allí, sin querer moverme,sin querer que el tiempo pasara.
Algunos peces saltaban sobre las olas y volví a pensar lo que tantas otras veces.
Lo grande y hermosa que es la naturaleza.

No dejaba de mirar al horizonte, cosa que me daba cierta paz.
Me sentía tan pequeña...
Y es que cuando tenemos delante algo tan inmenso..., somos demasiado pequeños.

Ella..., la mar... Misteriosa. Impenetrable. Majestuosa. Apacible algunas veces y brava otras.
-Y yo seguía allí a solas con Ella, como si de una amiga se tratara.
Hablándole. Dejándole mis pensamientos para que navegaran a la deriva, o adonde quisiera llevarlos.
¿Quién no me hubiera tachado de loca o de estúpida ,si me hubiera visto hablándole a la nada?
Pero los locos no son aquélllos que le hablan al viento , o al mar.
Los locos son otros mucho más peligrosos.
Y esos desgraciadamente pueblan el mundo de los cuerdos.

- Por eso yo seguía allí, ingrávida, intentando olvidarme de esa cordura tan loca y tan dañina que mueve al mundo.

Fué una bonita forma de despedirme.
Solas Ella y yo.
Creo que ha sido una de las despedidas más hermosas que he tenido nunca.
Y digo hermosa, porque las despedidas siempre son tristes,pero esta no lo fué.
Fue un lujo poder disfrutar de ese momento.

Sí...,otra cosa que guardar en mi cajita de cristal.
Todo ha quedado grabado en la retina y ya nunca volverá a salir

Por fuera sólo traigo restos de lo que he vivido.
Vengo con collares hechos de conchas y con pulseras adornando mis tobillos.
Mi piel se ha tostado, el pelo ha cambiado de color y traigo un nuevo brillo en la mirada.
Pero por dentro vengo llena de brisa,de color,de soledad buscada en ocasiones,de compañía,de buenos momentos y también de malos.
Cuando cambias de aires no te conviertes en otra persona, ni te olvidas de tus problemas.
Sin embargo intentas, al menos yo, ver las cosas en el horizonte. Y tener la cabeza bajo el agua el tiempo suficiente, para que se te aclaren las ideas.

Y ahora he vuelto al calor del asfalto.
Vuelvo a las prisas . A los pasos cansados rumbo al trabajo y a los quehaceres cotidianos.
Los coches siguen desafiando a los semáforos ,y sus dueños aceleran más y más sin dejar de mirar el reloj.
La ciudad ya no queda tan sola como hace años, demasiados diría yo.
Recuerdo como antes en el mes de julio, pero sobre todo en el mes de agosto, las calles quedaban desiertas.
Todo parecía tan diferente...
Era como si después de una gran catástrofe, sólo hubieran quedado algunos supervivientes.
Ahora también ocurre ,pero los fines de semanas.
El resto de los días los pitos de los coches,las prisas,y el mal humor no cesan ni en verano.

Y ahora sólo me queda esperar un poco más.
Volveré a recorrer carreteras, a hacer kilómetros,a dejarme caer bajo culaquier pino.
Me resfrescaré en las aguas de algún río ,y cambiaré los atardeceres de la ría y del mar, por los de la montaña.
Seguiré cruzándome con cientos de rostros.
Conoceré voces diferentes y volveré a decir hola como siempre hago...
con una sonrisa en los labios.

2 comentarios

viajera -

Hola de nuevo.
No creas que me ha sido fácil encontrar un hueco para mí.
Pero lo he encontrado, y como aún quedan lugares en los que te puedes bañar en solitario...
La verdad ha sido un gustazo.
Realmente a veces necesito el silencio, y estar a solas.
Y cuando pude conseguir ese silencio y esa soledad en el mar, la verdad que salí como nueva.
Puede que no pensara en cosas importantes, pero el hecho de verme allí rodeada de agua y mirando al horioznte, me hizo sentir bién.
Necesito más momentos como ese con urgencia!!!(sonrisa).
Por la respuesta que me has dado, seguro que tú también disfrutas de esos momentos.
A veces la mejor compañía es que te brinda la naturaleza,claro que si encima estás con la persona amada ,ya no nos hace falta nada más.
Besos guapa.

Anaktub -

Me da gusto que te lo hayas disfrutado, se te nota en el escrito.

Es bueno perderse y estar a solas con uno mismo, entonces empiezas a dar importancia a cosas que por lo general ves sin asombro; un amanecer, las olas del mar, el viento que igual te susurra como a veces te grita, el brillo de las estrellas, los rayos romanticos de la luna y muchas cosas mas.

Un beso preciosa.