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La viajera

Sosiego.

Sosiego.

Empezaré de nuevo como tantas otras veces.

Pero los momentos,las palabras,los recuerdos...seguirán en la memoria.

Sin embargo el tiempo que es sabio,todo lo suaviza, todo lo aplaca.

El tiempo aplaca la rabia y el dolor hasta hacerlos desparecer,aunque nada queda en el olvido.

De todo se aprende,pero nunca aprendí a odiar,no está dentro de mí ese sentimiento.

Puedo albergar muchos otros sentimientos pero no el odio.

La vida te hace estar en muchas ocasiones sobre la cuerda floja.

Estás derrumbada y crees morir,pero pasado un tiempo empiezas a renacer de nuevo, como en otras ocasiones.

A veces piensas que no puedes soportar todo lo que se te viene encima, pero lo haces.

Si volviera la vista atrás y me dijeran que tengo que afrontar ciertas cosas, me vendría abajo.

Y me vengo, pero pasado un tiempo vuelvo a levantarme,cansada, pero sigo.

Los viajes siempre acaban en cansancio, y es bueno pararse para coger aire de nuevo y así poder seguir caminando.

No me ha sido fácil llegar aquí de nuevo y por eso no traigo equipaje.

Prefiero guardar lo que tenga que guardar en mi memoria..

No niego que a veces me viene todo lo malo. Y entonces me derrumnbo, y me tapo los ojos aún estando sola,y miro hacia el suelo,y me deshago como pétalos de rosas.

Me acomodaré en mi rincón. En este lugar casi solitario.

Ahora prefiero estar aquí recostada, mirando cualquier paisaje montañoso a través de mi ventana de fantasía.

Siempre suena la misma múscia de fondo, pero me gusta.

Algún día diferentes melodías llenarán este pequeño lugar,pero ahora me gusta tal y como es.

Quiero que siga intacto, que nada cambie.

Puede que más adelante ventile esta estancia y abra las ventanas. Pero ahora quiero estar tal y como estoy, y que todo siga tal y como lo dejé.

Me refugiaré aquí de vez en cuando para descansar,soñar,meditar...dejando las palabras al aire ,sin vuelta, sin eco,sin sonidos.

Quito las sábanas que tapan los pocos muebles que hay, y pensándolo bién voy a abrir una de las ventanas.Quiero que entre el olor de la noche, los murmullos que pueblan la oscuridad.

Puede que me venga bién respirar el aire fresco que baja del monte, con ese olor a campo, con ese sonido inconfundible que suena a vida.

Mi silencio se hace eco en tu oído y los cantos que un día viajaron hacia tí, mojan tu almohada llena de sueños incumplidos.

Evadirse de una realidad aplastante resulta beneficioso para la salud,siempre y cuando se sepa ,que sólo de vez en cuando se puede llevar a la práctica.

Soñar sin que nada me lo impida,despierta o dormida, cuerda o loca. Pero... soñar.

Los ojos se hacen cada vez más pesados,los párpados van cayendo, y con la brisa sobre mi piel desnuda voy entrando en el mundo de los sueños,de los pensamientos:

"En el olvido de estos campos marchitos me retuerzo y grito.

Intento quedar libre de todo dolor,pero él es más fuerte que yo.Y cada llaga que me hace su presencia ,me tumba involuntariamente.

El bosque quema sus raíces, y habrá que esperar a que vuelva a florecer algo de vida. Aunque puede que algún día, sea demasiado tarde para empezar de nuevo.

Mi cuerpo flota desnudo y cierro los ojos.

Tu olor ,tus palabras,tu piel..., están aquí conmigo.

Me dejo acariciar y llego al lugar en el que creíamos antes de morir.

El aire ha pasado de largo para no molestarme, pero hoy todo se me hace sombra,grieta y amargura.

Pensar que todo es posible, es engañarse.

Pensar que todo está en nuestras manos, es mentira.

He llegado mojada de agua salada, y he venido para soñar a los pies de esta montaña.

Aquí llego con las pocas fuerzas que me quedan.

Ahora que viajo sola, sin equipaje, en este silencio que he buscado y en el que soy y me siento.... Ahora llego aquí.

Todo está tal y como lo dejé. Mi rincón, mi cajita de cristal y yo.

Vuelvo cambiada, me miro y sé que no soy la misma.

Pero solo yo me veo diferente, porque he cambiado por dentro, he aprendido algo más.

Lo bueno aprendido, te hace grande,feliz y sonriente.

Lo malo te hace daño, te duele como si te clavaran un puñal. Pero también es bueno aprender de lo malo.

Todo sigue, nada se para ante esta lucha diaria.

Nadie es tan bueno, ni tan malo.

Todos tendríamos que callar alguna vez, y hablar otras tantas.

Pero no quiero pensar demasiado dentro de este sueño, en el que me estoy moviendo.Mi sueño.

No voy a permitir que nada estropee este viajar por mundos lejanos.

Voy descalza y desnuda hacia la gran montaña, ella me espera como hace siempre.

Me hablan las voces de mis antepasados, los que siempre han estado en mi corazón,los que nunca me han abandonado. Pero ellos nadan pueden hacer.

Me hablan las voces que nunca escuché,y también están dentro de mí.

Seguiré buscando como siempre, bajo la luz del Sol o entre las estrellas.

Recorreré de nuevo la mar bravía. Y volveré a ser náufraga. Y conseguiré llegar a la orilla. Para después ,caer rendida y sonreir mirando al cielo.

Y saber que mañana volveré a volar, aunque mil soldados y mil guerras me lo quieran impedir.

Si...!!! esta noche soy ave que vuela bajo las nubes de humo , y vuelvo a sonreir después de muchas lunas.

Subo a una nube de color negro brillante, tiene forma de caballo, es precioso, y me espera para volar encima de él.

Nada tengo que perder, solo subir y cabalgar hasta donde me quiera llevar.

No tengo miedo, ni prisas,ni destino.

Cómo siento el aire sobre mi pie...!!!, y esas nubes que me envuelven que parecen de algodón.

Galopa más deprisa, más, y más...!!!.

No hay obstáculos con los que tropezar,ni agujeros en los que caer, ni muros que traspasar.

Y al final de las nubes....el paraíso.

Era tal y como yo lo había pensado.

Una mezcla de paisajes,de colores, de olores.

Es una mezcla de sensaciones, en las que cada una de ellas me hace sentir libre,despojada de todo el egoísmo que muchas veces nos mueve a todos.

No siento dolor, ni miedo,ni ansiedad.

Todo se ha terminado y yo me siento renacer.

Me subo a un arcoiris hecho de estrellas. Doy mil vueltas a la luna y veo la tierra a mis pies, tan hermosa, tan bella...

Y giro, giro hasta perder la conciencia,hasta dejarme caer sobre un mar azul. Y allí están todos,los mismos de siempre,las mismas manos,las mismas miradas.

De pronto siento un frío que me quema la piel y la garganta.

El ruído de una lechuza sobre la ventana me despierta y..."

Me levanto y me pongo a bailar. Una vuelta ,y otra, y otra más, y doy gracias por esos momentos en los que sino volase, habría muerto hace mucho tiempo.

Ahora abriré de nuevo mi cajita de cristal y guardaré todo lo soñado, todo lo bueno, y quemaré todo lo malo.

Me sentaré junto a la ventana frente a la gran montaña y seguiré soñando.

Sin camino.

Sin camino.

En la antigua casa ,donde el techo se ha convertido en cielo,siguen los sacrificos a la luz de la luna.

La sangre revolotea y sube por las paredes de piedra.

Todo se llena de pequeñas y grandes huellas, que aparecen y desaparecen.

Multitud de manos cubren el suelo, y me amordazan.

Intentan dejarme ciega, robándome los colores.

Risas. Gritos. Voces que me llegan lejanas...

Todo hace que me vaya replegando cada vez más, y acabo encogida, sobre paredes llenas de dolor.

Sin poder moverme ,veo como caen las hojas de los árboles más frondosos.

Y en mi lecho de tierra, empiezo a viajar y a perderme, entre cuerpos invisibles.

Sobre un fondo negro, aparecen círculos amarillos, y verdes, y azules, que me van envolviendo en cálidas brisas.

Sigo inmóvil, y soy consciente, de que estoy atrapada entre redes de sentimientos y dolor.

Intento quedar libre, para poder llegar a la primera salida.

El miedo se va conviertiendo en pánico, y noto, como el corazón ha dejado de latir.

Las lágrimas, ya no siguen el camino de antaño. Pero por dentro, torrentes de agua me ahogan, hasta dejarme sin habla.

Me pregunto si estoy muerta. Si estoy en el cielo, o en el infierno.

Pero sé, que ninguno de los dos existen.

O puede, que las dos convivan aquí, en este lugar perdido. Tan perdido como yo.

Odio estar entre colores vivos. Y al poco casi sin aviso, quedarme a oscuras, o solo con los grises, que se adueñana de mis miradas.

Porqué no caer en las sombras de una vez, y dejar de sentir?.

O vivir flotando en las nubes?.

O estar en un camino intermedio?...

Y siguen pasando los días, y los años, y todo se va quedando en la memoria.

Esta me recuerda a cada instante,donde estoy parada. Y si tengo un sueño feliz, ella se encargará de despertarme para devolverme a la realidad.

Quisiera quedarme sin cuerpo, sin manos, sin rostro, y sin alma.

Quisiera, dejar mi mente libre de esos pensamientos.Sin embargo, ellos insisten en hacerme compañía.

Quieren que acabe atravesando las líneas que aún no he pisado.

Ellos empiezan a controlar mi mente, y tendría que ser mi mente, la que controlara mis pensamientos.

Estaré perdiendo el control de todo esto?.

Me da miedo no reconocerme, pero a veces me siento extraña.

No veo a nadie a mi alrededor, pero sé, que no estoy sola. Puedo sentir la presencia de otros como yo.

Me encuentro sumida en un tremendo vacío, y me maldigo por ello.

Me maldigo, por no saber guiar mis pasos, y por ir dejándome vencer poco a poco.

En medio del mar, ha vuelto a salir la montaña que busqué sin descanso. Y sin saber como, he llegado a ella.

Puedo sentirla, y oigo su voz que sale de dentro, y que pronuncia mi nombre, y me llama, y me protege...

Necesito la fuerza que me da la tierra.

Necesito respirar el aire puro de la cima, el olor a naturaleza.

Necesito la sencillez de la vida y de los hombres.

Necesito perderme entr bosques.

Necesito dejar de estar aquí y olvidarme de todo por un tiempo.

Necesito un poco de tranquilidad.

Siento miedo a dejar de sentir. Pero la vida me enseñará a endurecerme, si no, lo está haciendo ya.

El calor de un abrazo.

El calor de un abrazo.

Camina o deambula ,pero no te quedes parado.

Aquí, hay muchos rincones en los que descansar del fuerte calor. Y también hay caminos, que llegan a la salida.

-No tengo miedo a la oscuridad, si estoy contigo.

-Ahora, me siento más fuerte, más vivo.

Esas fueron sus palabras, dentro del laberinto.

Pero cada uno sabe, lo que le llevó a él, y cada cual, es el único que posee la llave, para salir del mismo.

Aunque en algunas ocasiones, la roben y la tiren al mar, ahí, es cuando se complica todo.

Nos sentamos en un rincón, por el que entra un rayo de luz. Y vemos pasar a nuestros amigos, que nos saludan, y nos sonríen.

Es, como si se hubieran acostumbrado a este mundo de tinieblas, y empezaran a estar felices, viviendo en las sombras.

Ellos siguen a la deriva ,pero no paran de andar, a veces en círculos, y otras hacía atrás.

Conozco ese caminar, lo llevo demasiado a la práctica. Sin embargo, ahora es diferente, al menos en estos momentos.

No quiero acabr mirándome al espejo cada mañana, y preguntarme quién puñetas soy, que coño hago aquí.

No,no quiero llegar a eso.

Quiero que me duela el corazón, y el alma. Aunque a veces el dolor, sea insoportable.

No quiero quedarme anestesiada ante la vida. Pero reconozco, que en estos momentos eso es lo que hago, o al menos, es lo que intento hacer.

Ahora, prefiero quedarme aquí junto a él, y que descansemos.

El, ya lleva demasiado tiempo en el fondo ,y ha perdido la esperanza, y casi la visión, pero aún le queda algo de fuerza.

Yo, también necesito descansar. Hace días que no duermo bién,y me pesa cada paso que doy.

Intenté subir a lo más alto, y eso me produjo más cansancio del que ya tenía.Pués cuando me quedaba pococ para llegar, las tempestades

me empujaron de nuevo, y me llevaron golpe a golpe hacia la nada.

Mientras, el arrastrar de los pasos es lo único que oímos. Y poco a poco, empezamos a quedarnos dormidos.

Aquí el cuerpo es el que manda, y descansamos cuando estamos agotados. Lejos, quedan los horarios y el tiempo.

Y mis ojos empiezan a cerrarse...

-Paseo entre naranjos vestidos de azahares, y me he embriagado del olor de la dama de noche.

Me he vuelto a perder entre sus brazos, y he escuchado esa voz, que tantas veces me llama y no la encuentro.

Empiezo a correr semidesnuda entre las gentes. Busco refugio, pero está demasiado lejos.

Casi llorando sigo corriendo. Me encuentro con caras conocidas, que hace años no veía,e intento llegar a algún lugar.

Asustada miro hacia todos lados,algunos se vuelven a mirar, otros murmuran, y otros ni siquiera ven.

Después caigo por el precipico. Pero mis alas no estaban, las habían quemado. Y yo caía, hacía el abismo.

Ese abismo, al que tantas veces me había asomado.

Me despertó mi propio grito,cuando estba a punto de estrellarme.

Y entonces, sentí el calor de su abrazo.

Mi querido amigo, me tenía abrazada con todas sus fuerzas.

Casi llorando, con la respiración entrecortada, me recosté sobre su pecho, y sin decirnos nada, estuvimos así largo rato.

A veces las palabras sobran.

Solo un abrazo, una caricia en el pelo, y un decir, tranquila no estás sola, son suficientes, para dejar de sentir miedo.

En la nada, no hay ni dolor, ni esperanza... Y eso, es lo que me duele de estar aquí abajo.

Sé que son momentos, y que los superaré. Pero cada vez, me siento más débil cuando caigo.

Si no fuera por su sonrisa, por sus ojos llenos de vida. Tal vez haría mucho, que hubiera muerto.

Si no fuera por sus caricias,por sus besos de amor en la noche,por sus palabras calladas. Tal vez, no hubiera podido resistirlo.

Sigo abrazada a mi querido amigo. Y él, me vuelve a sonreir, y casi sin mover los labios, me dice:

- Lo conseguiremos querida amiga, no lo dudes. Y esta vez, subiré contigo.

- Descansa, y cuando vuelvas a abrir los ojos, nos pondremos en marcha hacia algún lugar.

En penumbra.

En penumbra.

Atravieso la línea de fuego, y dejo otra cicatriz bajo mi piel.

Que perfecto se ve el amanecer desde la orilla, y que diferente desde alta mar.

Los bosques se han vestido de invierno, y la tempestad me cubre de hielo.

Camino por caminos enfangados, en penumbra... Y siempre àparecen los mismos rostros, aquéllos que dejé un tiempo atrás.

Rostros que hoy me vuelven a mirar, y que dentro de su propias sombras, me saludan y me abrazan.

Entre ellos me siento bién. Me siento acompañada, comprendida...

No me gusta pasear entre sombras,pero cuando vuelvo a este lugar, nunca estoy sola.

Todos me son conocidos. Aquí están los inconformistas. Los que van con la verdad por delante. Los que te sonríen y te hablan abiertamente, sin ocultar nada tras esa sonrisa. Los que saben ,lo que es estar perdido. Los que intentan, cambiar el rumbo de una nave a la deriva...

Pero por desgracia, no siempre los vientos les son favorables, y aparecen en este agujero, en esta grieta.

Hay veces ,que me los encuentro en la superficie. Y sonreímos, y vivimos el presente, pués sabemos, que en cualquier momento podemos volver a bajar.

Sí..., vuelvo a ver el cielo desde abajo,pero sé, que tarde o temprano volveré a subir.

Los prados se han cubierto de niebla, y quizás por eso, cuando  aquélla se diluya tras las montañas, la luz me parezca más brillante.

Tomaré asiento, y apoyaré la cabeza sobre su hombro. Nos hemos vuelto a encontrar en medio de la penumbra, y dentro del dolor que cada uno sentimos, hacemos un hueco para consolonarnos.

Estamos de suerte, comento a mi compañero, al menos aún no estamos en la oscuridad completa.

El me sonríe. En esta noche se siente menos solo, y yo, descansaré hasta que me despierte la luz del nuevo día.

Hace tiempo él guiaba mis pasos, ahora soy yo, quién guía los suyos.

Pero a veces, cuando subo, él permanece en el silencio. En las noches infinitas, y no puedo hacer nada por sacarlo de las tinieblas, solo, esperar.

Hoy no veo las estrellas, ni siquiera sé si hay luna, y tampoco me importa.

Hoy casi nada me importa,quizás, si viviera en ese estado de indiferencia, hacia o que me rodea,todo sería más fácil. Y yo, sería feliz, no solo a ratos.

Mañana será otro día.

Pero, no navegaré contra corriente, me voy a dejar llevar.

Ni siquiera, voy a intentar salir de este agujero, al que ,cada cierto tiempo bajo.

Qizás esta noche, vuele por los acantilados, por entre las nubes llenas de sol.

Quizás llegue a la cima,o me recueste sobre la yerba húmeda.

Quizás, pueda sonreir aunque sea en sueños.

 

 

Sentir un poco de paz.

Sentir un poco de paz.

Ya no recuerda ni su nombre. Ni la voz que en las mañanas la despertaba,susurrándole al oído cuánto la quería.

Su rostro quedó envuelto en una fina niebla, en la que solo su mirada la seguía enamorando.

Quedó atrapada cual mariposa, en la tela de araña.

Sus alas le pertenceían a él.

Le pertenecían al igual que su alma, su cuerpo y su corazón.

Dejó que la música la llenara entera, y así consiguió, llenar el vacío de sus palabras en el anochecer.

Cuántas veces besó sus dedos, y sus manos, y se deslizó por su cuello.

Cuando lo recordaba,un halo de tristeza y placer se dejaban sentir en su cuerpo.

Cuánto hacía, que lo había perdido todo?.

Cuánto hacía,que su piel dejó de ser libre?.

Ella era pájaro al viento, nube solitaria,libertades imposibles.

Y él...,rosal en la ventana ,lumbre en su almohada,calor en su hogar.

Ella quiso subir a la montaña más alta, y atrapar el agua, y ser dueña de la vida.

Pero nada de eso le pertencía.

De nada era dueña, ni siquiera de su propio destino.

Vencida ante la realidad, se doblegó en más de una ocasión.

Y también se dejó llevar por lo superfluo, por aquéllo, que la hiciera sentir bién, aunque solo fuera un segundo.

Ya casi nada tenía importancia,solo el seguir con el menor dolor.

Había estado tantas veces en el fondo,que quería sentir un poco de sosiego.

Por eso, se dejó arrastrar a los abismos.

En ellos, solo habitaban los seres como ella.

Seres que llegaban agotados, y a los que casi nada les importaba.

Llegaban sedientos de paz, y por eso, no dañaban, ni nada les dañaba.

Almas destrozadas, que nunca conseguían llegar a la meta.

Pero ahora se sentía indiferente.

Ella que se preocupaba por casi todo, y hoy...solo pensaba en nada.

Nada más lejano que el horizonte, que la cumbre, que los atardeceres.

Por fin ha llegado la noche. Refugio de los rebeldes,de los que piensan que están vencidos, pero se resisten a la quema.

Ya nada es igual que antaño.

Algo ha cambiado.

Sin emabargo en su interior, ella sigue sintiendo el calor del sol,el reflejo de la luna, y el latir del mundo, que no es otro que su mundo,

le guste o no.

En esta noche llegará a la cumbre,aunque para ello tenga que ponerse alas.

En mi rincón.

En mi rincón.

Llegué a mi rincón, desnuda como siempre, sin nada a mi alrededor.
Me encuentro bién allí, en ese escondite.
Desde pequeña me gustaba esconderme, y una vez que lo hacía, empezaba a soñar, a imaginarme historias.
Hablaba sola, costumbre que aún no he perdido.Me preguntaba y me respondía.
Entonces cuando era niña, siempre tenía una respuesta para cada pregunta.
Ahora por el contrario, tengo muchas preguntas,pero ninguna respuesta.
Nada queda en el olvido, ni siquiera los más hermosos sueños. Aquéllos que nunca se podrán realizar.
Ni siquiera las más terribles pesadillas.Aquéllas que se repiten, que te van dejando poco a poco, cada vez más hundida.
En ese rincón duermen mis ilusiones, viven mis temores, mis secretos.
Todo está guardado en una cajita de cristal, llena de mí.
Ya se ha partido en varias ocasiones. Pero cada vez que eso ha ocurrido, yo he ido pegando los trozos, que han quedado desparramados por el suelo.
A veces pacientemente y otras, como si en ello me fuera la vida.
Hay partes a las que le falta el cristal, y yo les he puesto ,flores secas y papeles de colores, para que nada se escape.
Pero ya han volado demasiadas cosas, a través de esas grietas. Las flores se han ido convirtiendo en polvo, y los colores, se han desteñido.
Sin embargo, yo sigo llevando mi cajita a todas partes, y a veces la dejo descansar, en nuestro escondite secreto.
Hoy ella y yo, nos hemos vuelto a refugiar en ese rincón solitario.
Sola las dos.
No me atrevo a abrirla.
Hay veces que me da miedo, y prefiero seguir pensando, que sigue teniendo las mismas cosas que tenía.
Pero sé que no ,que faltan demasiadas. Tal vez ,las más importantes.
Hoy no quiero salir de mi rincón. Quiero permanecer allí,hasta que me canse de estar sentada, de estar apoyada sobre la pared.
Hasta que no sienta mi cuerpo, ni mi alma.
Quiero estar hasta que me canse de pensar. Hasta que esté tan sumamente cansada, que no me queden fuerzas ni para mirar.
Quiero estar allí, sin oir voces,en silencio,como si todo se hubiera acabado.
Hoy necesito tanto de todo,que el hecho de pensarlo, me hace sentir que no soy nada.

Andar caminos, para encontrar un lugar.

Andar caminos, para encontrar un lugar.

Siempre se asomó al mundo,con los ojos muy abiertos.
Por que quería ver, más allá de su ventana.
Quería ver lo que había, más allá de lo que su mirada, lograba alcanzar.
Llegar hasta donde ,solo los ojos del alma llegaban.
Conocer corazones despiertos, ardientes, sensibles, rebeldes.
Ver paisajes de rocas, entre verdes yerbas.
Acariciar el aire ,besándolo sutilmente,y beberlo con un suspiro.

Siempre deseaba, no tocar los muros, por que para ella, todo era infinito.
Buscó la luz clara y transparente ,de las gentes de a pié.
Pero en demasiadas ocasiones ,solo encontró miradas oscuras, por golpes del destino.
Sus manos, necesitaban el calor de otras manos, y su cuerpo, quería atrapar cada trozo de piel ,lleno de vida.

Intentaba tocar el horizonte, aún sabiendo, que jamás llegaría a tenerlo, ni siquiera a rozarlo.
Quería atravesar el tiempo, pero nunca consiguió, controlar el suyo propio.
Deseaba encontrar un lugar, donde descansar,donde la libertad, no solo fuera una utopía.
Y seguía buscando.
A veces encontró lugares ,llenos de colores, de vida, de sonrisas.
Pero también encontró otros, en mitad de la nada, llenos de egoísmos, y de maldades.
Alguna vez, había llegado, a mares desiertos de agua.
En los que las naves sin velas, esperaban, a que algún pirata o marinero, las volviera a mecer al viento.
Los surcos secos, dejaron ver, las entrañas del mar.
Parecía el fin del mundo.
Y allí, estaban todos, mirando hacia el cielo, a la espera, de que el agua, volviera a subirlos a flote.
Siempre supo, que en el fondo de la tierra, ya seca de lágrimas, estaba su pasado, y parte de su futuro.
Muchos eran los que iban a su lado,sin destino alguno, buscando lo mismo que todos los antepasados,.
Que todos aquéllos, que dejaron sus huellas en el camino.
El mismo camino, que ahora ella pisaba.
Cada uno de ellos, buscaba la felicidad, la paz.
Encontró refugio, en almas que también estaban sedientas, de ese trozo de universo, casi santo, casi intocable. Donde el aroma de las flores, y el frescor del viento, no había que esperarlo, por que siempre estaban ahí.

Siempre eran los mismos rebeldes, los mismos inconformistas, los mismos luchadores,de diferentes guerras, los que satisfacían su ganas de aprender.
Nunca quiso demostrarle nada a nadie.
Nunca miró a nadie, por encima del hombro.
Nunca quiso saltar obstáculos, pero no tuvo más remedio que aprender
a hacerlo.
Siempre, seguiría echándole un pulso a la vida, cuando la vida quisiera jugar con ella.
Y siempre intentaría ganarlo.
Aunque casi nunca, lograra vencerlo.
Se convirtió en una corredora de fondo, aunque de vez en cuando, se atragantaba, al beberse la vida de golpe.

Besos.