Hoy vuelvo a mi lugar
Quizás nunca hubiera tenido que salir de este lugar.
Era como un paraíso semiabandonado a merced de mis incoherencias, de mis divagaciones, de los vientos que a veces me llevan y del mundo en el que no siempre encajo.
Es un lugar alejado de las maldades, del egoísmo, de los celos y de las envidias.
He recorrido diversos territorios, y me he dado cuenta que soy una forastera en casi todos ellos.
La copa estaba llena y sólo ha valido una gota para que rebose.
No soy ajena a lo que me rodea ni quiero serlo, pero las palabras dicen demasiado, a veces son como sentencias que se te clavan en el alma, y cuando eso ocurre la herida permanecerá toda la vida.
Me recluyo en este lugar como ermitaña que quisiera ser.
No sirvo para aceptar la hipocresía, ni para dar palmadas en la espalda cuando sabes que te están clavando un puñal.
Hoy mis ojos miran inciertos hacia un horizonte que no veo ni lejano ni cercano, sencillamente porque ha dejado de exisitir.
El vacío se ha hecho dueño y eco en estos momentos.
Sé ver a través de las palabras por muy amables que sean.
Yo ahora me retiro a este lugar, mi lugar.
Un sitio ajeno a todo:
- al amor, a las maldades, a las inclemencias de la vida.
Me resguardo aquí como tantas otras veces para dejar lo que siento, sin necesidad de exponerme a que alguien me clave una flecha envenedada.
Bastante dura ya es la vida,para que enciman vengan a jodértela.